jueves, 6 de noviembre de 2008

ROBO DE LAS JOYAS DEL GRAN MARISCAL

COMUNICADO

Nosotros, ciudadanos cumaneses, integrantes de la Red de Patrimonio “Atarraya”, mediante el presente comunicado, queremos manifestar nuestra preocupación y malestar ante un hecho abominable como lo es el robo de una joya preciada de esta ciudad, de un alto valor simbólico y espiritual, como lo es la “Pluma de Oro” que el hijo predilecto y preclaro de Cumaná, Antonio José de Sucre, donada a su municipalidad en representación del pueblo, joya esta que estaba bajo la custodia de la Alcaldía del municipio Sucre de este estado, y que manos inescrupulosas dispusieron para si guiados por las más bajas intenciones que pueden caber en un ser humano, según noticias aparecidas en presa regional del día 5 de noviembre del presente año.

Lamentablemente la desaparición de la mencionada joya se suma a un proceso insensato instalado en nuestra ciudad lesivo contra todo lo que conocemos como patrimonio cultural y que se viene manifestando impunemente, en forma grosera, casi sin dolientes del deterioro, con una gran carga de ignorancia, prepotencia, irrespeto y negligencia por parte de individualidades y autoridades sobre el legado urbano-arquitectónico, monumentos, espacios públicos y de la ciudad en general en su condición de legado físico, cultural y espiritual.

Nuevamente sobre el Gran Mariscal y Cumaná se ciñe la terrible y patética “sombra de Berruecos”, ¡que mala suerte ha acompañado a Sucre en todos los tiempos!. Aún después de muerto y de varios años se le sigue vejando. Pareciera un plan orquestado contra su figura gallarda, noble y sabia. Primero fue tu guirnalda y ahora la pluma… ¿más adelante que será?.

Creemos que ya basta de agresiones a nuestra identidad, a nuestros símbolos, a nuestras creencias. Con lo ocurrido recién y con otros infelices hechos, creemos que el sentir cumanés y nuestra reserva espiritual han sido heridos hondamente. Es por ello que exhortamos al colectivo cumanés, que sabemos que tiene hondo arraigo y convicciones, a manifestar de viva voz su desagrado y protesta por el despojo que se ha practicado y que en realidad es una agresión inescrupulosa e insensata contra el sentir y espiritualidad de un pueblo al que se le cree insensible y despreocupado. Y a las autoridades, las cuales están obligadas por la Ley del Patrimonio Cultural, a protegerlo, defenderlo y difundirlo en su esencia y significado, a dar una explicación razonada y oportuna al colectivo cumanés de los hechos ocurridos y un inventario de los bienes que fueron robados de la custodia de los bienes patrimoniales municipales.

La importancia y el significado de la joya robada están expresados en un fragmento de la misiva que el Gran Mariscal de Ayacucho dirigió a la Municipalidad de Cumaná, desde el Cuartel General del Ejército Libertador, en Potosí, Alto Perú, hoy Bolivia, a 1º de octubre de 1825, donándole los obsequios que la ciudad de Cochabamba le había dado en reconocimiento a sus servicios por la libertad conseguida para esos pueblos: “El Colegio de Cochabamba me obsequió una pluma de oro para que mis hijos escribiesen las glorias de Ayacucho. Yo la destino con mucho más placer a que con una pluma de oro del Potosí, escriban mis paisanos las páginas brillantes que caben a Cumaná en la historia de la revolución y los sacrificios heroicos de ese pueblo generoso en la guerra de independencia”.

Los ciudadanos cumaneses sentimos vergüenza por lo ocurrido con la hermosa pluma de oro al internalizar y reflexionar lo expresado por Sucre en el texto de la donación al pueblo cumanés. No supimos cuidar lo que se nos dió en custodia para nuestros hijos, y más patético aún, no interpretamos ni asumimos el mensaje que se nos estaba dando, en donde se nos reconocía nuestra generosidad, los sacrificios heroicos que debemos asumir diariamente y la excelencia de Cumaná como especie de paradigma o ejemplo de conciencia hondamente espiritual, creadora de cultura e identidades, de héroes, de luchas existenciales y de vectores del pensamiento como expresión de nobleza humana.




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RED ATARRAYA VENEZUELA.-

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